domingo, 26 de febrero de 2012

Un cuento de golf...

Durante las fiestas de fin de año, visité la casa de mi mamá en General Rodriguez. Fuimos a la librería del pueblo a comprarle un libro a mi hermano para la navidad. Allí encontré el libro 18 Cuentos de Golf de Alberto Campos Carlés, jugador aficionado de la zona y escritor. El dibujante, Gianni Dalfiume, un prestigioso profesional en artes gráficas, también de Grl. Rodriguez, es coautor del libro.

Dice Roberto de Vicenzo acerca del libro: "He encontrado en este libro cuentos muy interesantes y amenos, que describen con propiedad determinados episodios y ocurrencias del golf amateur." Reproduzco el cuento perteneciente al hoyo 3 por estar relacionado con la enseñanza del golf, algo que me toca de cerca. Que lo disfruten !


Hoyo 3 – NO PUEDE SER TAN DIFÍCIL

Cuando Victorio resolvió que iba a aprender a jugar al golf, recibió de sus amigos y conocidos abundantes muestras de entusiasmo, y desde entonces todos los días amenazaba con un estreno que se hacía desear. Parecía que nunca iba a concretarlo, cuando una tarde soleada que volvía a su casa desde el Aeroparque por la avenida Costanera, al pasar frente al driving de la Asociación de Golf, se decidió súbitamente, ingresó y solicitó una clase con algún profesional. De inmediato apareció uno de ellos, que estaba desocupado en ese momento, y lo convenció de prestarle clases por un módico arancel semanal. Al principio le enseñaría los rudimentos del golf, y luego verían como avanzar en el juego.

Y ya, si él estaba dispuesto, podían iniciar la primera clase.

-¿Ya? Bueno… este… mejor empezamos mañana… -A Victorio le había aparecido una súbita urgencia en su actividad del día.

- Nada de eso –cortó con decisión el profesor-. Vamos ya a una gatera, y me demuestra lo que sabe hacer.

-¿Lo que sé hacer? ¿Y así nomás, sin prepararme, sin cambiarme?- El entrecejo fruncido y la boca entreabierta de Victorio eran harto elocuentes.

- Venga que le enseño donde se pide el canasto de pelotas; por los palos, despreocúpese que yo los llevo.-. El profesional tomó la batuta y condujo a Victorio, que iba como borrego al matadero. Una vez en la gatera, el hombre decidió revelarle a su novel alumno, en forma práctica y sencilla, cómo golpear a la pelotita. Tomó un fierro, colocó varias de ellas en serie, y con suaves, rítmicos e idénticos movimientos, las fue despidiendo con regular altura y distancia, hacia la playa del driving.

-Bueno, la historia es así. El golf consiste en golpear a la pelotita hacia delante, con un movimiento de ida y vuelta que se denomina swing, intentando ponerla más o menos donde uno quiere. A veces sale, y a veces no. ¿Se entiende? Ahora probemos con usted… -El profesor se movía con naturalidad de experto, maniobrando la cabeza del palo como si fuera una prolongación de su mano. Con cierta torpeza Victorio tomó el palo que se le ofrecía, y acto seguido miró hacia la pelotita (que la extensión de la mano del especialista había colocado sobre la mullida alfombra verde). Blanca y como picada por una curiosa viruela, cruzada por algún sello identificatorio, la inocente pelotita desafiaba desde allí abajo al futuro golfista.

-Vamos, Vicente, sin miedo que no muerde. Párese frente a ella y péguele.

-Me llamo Victorio, no Vicente –respondió éste con tono admonitorio alzando la cabeza, mientras rumiaba que ése no parecía un buen comienzo. Luego se situó frente a la pelotita, con el palo entre las manos como quien toma un escobillón un domingo por la mañana bajo órdenes conyugales. “En fin, probemos, total, con probar no se pierde nada…”. Y Victorio copió la alineación y postura del profesor, hizo unos cuantos movimientos de práctica, y finalmente se decidió y descargó el palo sobre la… alfombra. La pelotita llegó a moverse por la vibración que recibió a la distancia, y salió del cuadro verde dando pequeños y ruidosos saltos.

-Vamos, hombre, no se me achique-. El profesor evitaba meter la pata nuevamente-. A todos los que empiezan les cuesta un poco encontrar la pelota. Siga probando…-, y colocó otra pelota en el sitio apropiado con su acerada extensión manual, sin agacharse ni un poco. Después, aconsejado por la prudencia, se retiró a cierta distancia. Y vino otro hachazo, que esta vez desprendió algunas fibras verdes del felpudo. Y otro… y otro… La cara congestionada de Victorio reflejaba el esfuerzo realizado para cumplir con lo prescripto. Esfuerzo inútil hasta ese momento. La angustia le estrujaba la garganta y le revolvía el estómago, haciéndole recordar las palabras de aliento del gastroenterólogo, cuando le comentó el deseo de practicar golf para relajarse y curar la úlcera de una vez por todas.

-Vamos, don, anímese y péguele. No deje de mirarla y dele un buen golpe –y el profesor tornaba a colocar una pelotita tras otra en la alfombra. Victorio estaba a un tris de reconocer que “eso” no era para él, pero en el instante preciso en que aflojaba la tensión para devolver el palo y retirarse sin más del recinto, decidió permitirse una última oportunidad, y casi sin quererlo desplazó el palo hacia atrás, y luego lo descargó aproximadamente donde se veía la nívea pelotita, y ésta salió despedida con un sonido que nunca había escuchado previamente, y las manos percibieron también una sensación por demás peculiar, y lo más curioso fue que el palo continuó un camino propio hacia delante, arriba, y quedó apoyado con naturalidad sobre su hombro izquierdo, mientras él se sentía aceptablemente afirmado sobra la planta del pie izquierdo y la punta del derecho. Todo un suceso.

Veía a la pelotita volar, un tanto baja rumbo a la derecha, hacer una carambola al aterrizar, para finalmente detenerse a la altura de un cartel, allá lejos, que anunciaba 100.

-A ver… probemos otra vez-. Victorio había olvidado de súbito las molestias, y ahora sólo lo animaba un ferviente deseo: Repetir ese golpe.

Casi dos hora más tarde, Victorio se retiró de las instalaciones del campo de golf. Había transpirado como pocas veces lo había hecho en los últimos tiempos. Caminaba resueltamente, después de higienizarse en el baño, aunque le dolía todo el cuerpo, desde las uñas de los pies hasta las raíces de los cabellos. Llegó hasta el auto, y cuando se sentó frente al volante suspiró, con una mezcla de cansancio supremo, y de suprema satisfacción. El dolor lo aguijoneaba desde todos los músculos (hasta los masticatorios estaban irritados), pero al mismo tiempo se había apoderado de él un buen humor desconocido que tenía el curioso poder de minimizar las molestias del físico exigido sin tregua. Y sólo pensaba en la sensación indecible de tener un palo entre las manos, golpeando esa pelotita tan endiabladamente esquiva. Mientras ponía el motor en marcha, recordaba las últimas palabras del profesional: “Bueno, Victorio, es un comienzo, y no estuvo nada mal”. Y cavilaba: “Al fin y al cabo, nunca fui muy bueno para los deportes, pero en esto, tal vez…”, y colocando la segunda marcha, hundió el pie en el acelerador para alejarse por la Costanera rumbo a su domicilio. “… con un poco de práctica… ¡Qué cuernos! Esto… no puede ser tan difícil”.

viernes, 24 de febrero de 2012

Impresionantes estadísticas del número uno del mundo

Hay algo muy interesante más allá de los números que dice John Senden al principio del video sobre Luke Donald: "Su swing, velocidad o ritmo no cambia demasiado tanto si tiene un driver en la mano o un hierro 6, todo se parece bastante." No es el mejor en distancia pero si en precisión.

Las estadísticas de aproach y putt son sencillamente increíbles !

miércoles, 22 de febrero de 2012

Abierto del Sud


Mar del Plata prepara la celebración de su Abierto

El Mar del Plata Golf Club recibe al tradicional Campeonato Abierto del Sur. Simultáneamente, se pondrá en juego la Copa La Prensa para Aficionados, que otorga puntos para el Ranking Argentino 2012.

PROGRAMA DEL TORNEO

MIERCOLES: Práctica todo el día
JUEVES y VIERNES: Primeros 36 Hoyos y Corte
SABADO y DOMINGO: Ultimos 36 Hoyos y entrega de Premios


Para más información

http://www.aag.org.ar/aag2011-dev/articulo210220120002549.asp

domingo, 19 de febrero de 2012

Entrevista a Fabián Gomez - Desde el green

En esta nota del programa Desde el green, Fabián nos cuenta un poco como vivió el año 2011 en el PGA Tour y sus planes para 2012.



Gracias Matías por la nota !

En breve subiré la charla completa que dio junto a Adrián Gonzalez.

lunes, 13 de febrero de 2012

Modificación importante a las reglas 2012


Definición de "Preparando el golpe"

Hasta el 31 de diciembre de 2011, un jugador había preparado el golpe si había tomado su stance y también apoyado el palo en el suelo, salvo en un Hazard donde el golpe quedaba preparado al tomar el stance. A partir de ahora, un jugador ha preparado el golpe cuando ha apoyado el palo inmediatamente delante o detrás de la pelota, haya o no tomado el stance. Esta modificación tiene una importante implicancia para el caso que la pelota se mueva después de preparado el golpe. En tal caso, la Regla 18-2b penaliza con un golpe al jugador cuya pelota se haya movido después de preparado el golpe, con lo cual ahora carece de relevancia si se tomó el stance, y solo importa si el palo ha sido apoyado inmediatamente delante o detrás de la pelota. No debe confundirse el golfista pensando que esto es de aplicación automática y en todos los casos es así. Por ejemplo, si un jugador toma el stance en un alto rough sin apoyar el palo, y como consecuencia del movimiento de los pies la pelota se mueve, también será penalizado pero en base a la Regla 18-2a ya que el ocasionó el movimiento de la pelota. Y hay otro caso en que, a pesar de haberse preparado el golpe y moverse la pelota, puede el jugador no ser penalizado. Es tratado como Excepción a la Regla 18-2b (Pelota que se mueve después de preparado el golpe). Es en el caso que haya conocimiento o virtual certeza que el movimiento de la pelota fue causado por otra causa y no por el acto de preparar el golpe. Un ejemplo sería en un green con pendiente, en día de fuerte viento, en que luego de preparado el golpe sopla una fuerte ráfaga de viento y claramente es la causa de que se mueva la pelota. En ese caso deberá jugar la pelota desde su nueva posición sin penalidad. Si hay alguna duda, el jugador estará penalizado y deberá reponer la pelota.

La última es una aclaración sumamente importante, sobre todo para jugadores marplatenses...


info: golfloslunes.com